Descripción
A partir de los 35 años, la grasa y la flacidez amenazan con instalarse en la cara posterior e interior de los brazos. Estos, una vez instalados, no remiten por sí solos y son resistentes incluso al adelgazamiento generalizado. Con el paso del tiempo se produce la desestructuración de las fibras colágenas y elásticas, lo que provoca la flacidez. Además, en esta zona la piel y la dermis son muy finas. Factores que, unidos a una dieta desequilibrada y a unos músculos poco ejercitados dan lugar a unos brazos poco definidos, más gruesos y flácidos. Sabemos que el envejecimiento de la piel es un proceso progresivo e imparable, pero gracias a los nuevos avances, conseguir unos brazos perfectos es posible gracias a los tratamientos de nueva generación. Tratamientos muy efectivos que ayudan a reducir volumen, contornear y tonificar la piel de los brazos sin tener que recurrir al quirófano.